Qué ganas tuve de llorar sintiendo junto a mí la burla de la realidad. Y el corazón me suplicó que te buscara y que le diera tu querer. Me lo pedía el corazón y entonces te busqué creyéndote mi salvación. Y ahora que estoy frente a ti parecemos, ya ves, Dos extraños. Lección que por fin aprendí: cómo cambian las cosas los años. Angustia de saber muertas ya la ilusión y la fe. Perdón si me ves lagrimear, los recuerdos me han hecho mal.
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